Las cúpulas se
forman de témpanos sostenidos por nervios radiantes que arrancando del octógono
formado por los arcos torales y por una especie de trompas muy artísticas
situadas en los ángulos determinados por ellos, se unen concurriendo a una
clave superior y céntrica.
El cimborrio se
manifiesta al exterior en forma de prisma octógono o hexágono coronado por una
pirámide con más atrevimiento y elegancia que en el arte románico. Muchas
veces, en lugar de cúpula se alza una simple linterna prismática a modo de
torre sobre el crucero.
- Ventanas y vidrieras
La reducción de la estructura
sustentante al mínimo imprescindible permitió abrir grandes huecos en los muros
de las fachadas. Los
artistas de la época pudieron dar rienda suelta a su imaginación creando un arte
desconocido hasta la fecha.
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Rosetón
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Una cosa parecida se observa en
los grandes rosetones que se colocan en lo alto de las
fachadas: al principio, toman la forma radiante y sencilla aunque en iglesias
suntuosas es algo más complicada. Se multiplican los adornos de la rosa en el siglo XIV y en el XV llega a ser la tracería un
verdadero laberinto de curvas enlazadas. No faltan en todas las épocas sin
embargo ventanas menores de traza más sencilla y pequeños aljimeces. Ventanas y
rosetones suelen cerrarse con magníficas vidrieras polícromas e historiadas donde a su
modo se ejercita el arte pictórico monumental ya que apenas le dejan espacio
para su desarrollo los escasos lienzos de pared que median entre los referidos
vanos en las iglesias suntuosas.
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Vidrieras
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Ventana |
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Rosetón en la basílica de St. Denis.
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- Puertas
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Portada de la catedral
de León.
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Portada del Sarmental (1240).Catedral de Burgos |
En las puertas y la fachada despliega el arte
gótico toda su magnificencia y su concepción teológica. La portada gótica
admite la misma composición fundamental de forma abocinada, que la románica
pero se multiplican las arquivoltas y se añade una mayor elevación de líneas
con más riqueza y finura escultórica guardando siempre en arcos y adornos la
forma propia del nuevo estilo. Encima de la puerta suele colocarse un
elevado gablete.
Las portadas más suntuosas llevan imágenes de
apóstoles y de otros santos bajo doseletes entre
las columnillas (y a menudo, también otras menores entre las arquivoltas)
flanqueando el ingreso el cual está dividido por un parteluz que
sirve de apoyo a una estatua de la Virgen María o
del titular de la iglesia.
Las iglesias del Cister y otras menores que
se modela a imitación suya carecen de imaginería en la portada, la cual se
compone del grande arco abocinado y decorado con simples
baquetones y alguna ornamentación vegetal o geométrica. La finura en la
ejecución de la obra escultórica y la multiplicación progresiva de las
columnillas y molduras con el adelgazamiento de ellas, denuncian mejor que
otras las señales de la época de la construcción de las portadas. Pero las del
último periodo desde mediados del siglo XV se
reconocen sobre todo por la multitud y pequeñez de los detalles por la
arquivolta conopial, cargada de frondas retorcidas y por otros ornamentos de la
época.
- Elementos secundarios
Entre los miembros secundarios de un edificio
gótico son notables por lo característico de su forma:
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Ménsula con
ángel músico, claustro de la iglesia de Santa María la Real,Sasamón, provincia de Burgos,España.
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· apoyos, a modo de repisa, ya sola ya con una media
columna encima de ella, adosados a cierta altura de los muros, sostienen los
arcos y los nervios que parten como arrancando del muro, según se observa sobre
todo en la arquitectura cisterciense
· repisas y doseletes para
estatuas que en los siglos XII y XIII suelen llevar figuras de castillitos, en
el siglo XIV semejan
boveditas de crucería con pequeños gabletes y en el XV se adornan con calados
flamígeros y arquitos conopiales o se terminan por una elevada torrecilla y
altos gabletes
· antepechos para triforios y
galerías que al principio constan de arcaditas ojivales y después tienen la
forma de pretil con
calados propios de la época
· pináculos, agujas, gárgolas, caireles, crestería, etc., cuya traza de
estilo gótico es inconfundible con la de otros.
- Ornamentación
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Detalles de la catedral
de Notre-Dame.
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La ornamentación gótica se funda en la
construcción y sirve para acentuar más los elementos de ésta. Los motivos más
comunes y propios, en el terreno escultórico, son en los comienzos del estilo
gótico, sobre todo, en el periodo de transición los adornos geométricos
heredados del estilo románico, molduras y
calados geométricos que nacen del propio arco. La utilización del arco conopial
en el siglo XV permite una amplia utilización de la curva y contracurva en la
ornamentación.
La parte más novedosa en cuanto a la
decoración viene de la flora y fauna local que se interpreta en forma
estilizada durante los siglos XII y primera mitad del XIII. La naturaleza se
interpreta con bastante realismo y en este último siglo se propende a las
formas retorcidas. El trébol, la hiedra retorcida, los brotes de vid, las hojas
de roble o de encina se encaraman por los arcos y las agujas de los edificios
góticos, asociándose al nuevo estilo. Posteriormente se abandonan para dar
lugar a las frondas, cardinas (hojas de cardo), grumos, trifolios,
cuadrifolios, etc. En el arte clásico, solo dos o tres plantas, el acanto, la
hiedra y el laurel, habían tenido aceptación en el repertorio decorativo, pero
el gótico se vale de todas las especies del reino vegetal y reproduce también
pájaros y hasta seres fantásticos, monstruos que una veces están derechos como
guardianes en los alto de balaustradas y otras agazapados condenados a servir
de gárgolas para arrojar el agua de las lluvias recogidas en los tejados.
Las molduras góticas se distinguen de las
grecorromanas en que no ofrecen corte o sección circular como éstas sino
semielíptica, piriforme, cordiforme, etc. todo para que a la vista aparezcan
muy tenues y casi aéreos los arcos y demás miembros que se molduran.
La decoración pictórica de varios de los
mencionados elementos debió ser en su tiempo común pero ha llegado escasa a
nuestros días. Con frecuencia se pintaban las esculturas de las portadas, sepulcros,
capiteles, claves de bóvedas, nervios de éstas y más la techumbre si se hacía
de madera. Y aunque fueron poco abundantes los cuadros de figuras en los muros,
se suplieron en gran parte por las vidrieras policromadas. En muchos edificios
de España, participando más o menos en la arquitectura mudéjar se usó la
decoración de azulejos en frisos y zócalos.
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